ABOGADOS
Desde la antigüedad, los vínculos humanos han tenido la necesidad de intermediarios para defender intereses particulares; se encuentran evidencias en el gobierno del emperador Claudio de la Antigua Roma quien legitimó la abogacía y tuvo especial interés en los juicios.
Actualmente, los abogados asisten y representan jurídicamente a terceras personas en procesos de diferentes ámbitos, lo que los convierte en participantes relevantes en la implementación de la justicia y orden en los múltiples escenarios de un país. Dada a que el campo de acción es muy amplio, la profesión se divide en ramas como civil, penal, laboral, comercial, tributaria, entre otras.
Los licenciados en derecho se caracterizan por tener valores éticos arraigados para el ejercicio laboral, ya que la honestidad es la carta de presentación más valiosa, y la responsabilidad, el factor insustituible para la utilización de las herramientas legales. Adicional a esto, el compromiso con la constante actualización académica es pieza clave para garantizar procesos judiciales bien sustentados o tratos favorables, aun mas, en una era donde los avances y transformaciones van a pasos agigantados.
Los licenciados en derecho se caracterizan por tener valores éticos arraigados para el ejercicio laboral, ya que la honestidad es la carta de presentación más valiosa, y la responsabilidad, el factor insustituible para la utilización de las herramientas legales. Adicional a esto, el compromiso con la constante actualización académica es pieza clave para garantizar procesos judiciales bien sustentados o tratos favorables, aun mas, en una era donde los avances y transformaciones van a pasos agigantados.
En el cumplimiento de sus deberes, los abogados también deben ser profundos conocedores del funcionamiento de la sociedad, de antecedentes históricos y políticos, de la diversidad cultural, de fundamentos filosóficos, y los más importante, de una calidad humana que permita generar el nexo de confianza que el cliente necesita, porque un buen abogado reconoce que colocar en manos de otro una circunstancia de especial atención es una tarea difícil. De ahí, la característica que determina una elección correcta de un profesional de esta área es la satisfacción con la estrategia que le proponga para llevar a cabo los asuntos legales que se le exponen.
En conclusión, un abogado cualificado es hábil con el discurso, preciso con las acciones y con alta capacidad en la resolución de conflictos.